3. ALIMENTACION Y NUTRICIÓN
Dentro de la cría caprina, la alimentación es uno de los pilares básicos del éxito ganadero, estrechamente relacionada con la sanidad y la genética y unidas por las instalaciones y un manejo adecuado. En la explotación de cabras lecheras la producción de leche es prioritaria; pero con los actuales precios del mercado, no se puede olvidar el soporte económico que la cría de chivos/as supone, tanto para carnicería como para vida.
Conseguir leche y chivo es desde hace años una realidad, si se utilizan modernas técnicas de alimentación.
No obstante el primer periodo, que comprende desde el nacimiento hasta el destete, aún se sigue aplicando por la mayoría de los ganaderos de caprino con la técnica tradicional, es decir con lactancia natural (cría con leche de cabra y destete a los 3 meses de edad con colocación de botijo o frenillo): ello es costoso en tiempo y en dinero y perjudicial desde el aspecto sanitario.
La lactancia artificial es una técnica aplicada desde hace más de 30 años por caprinicultores de otros países. Desde entonces se ha generalizado pero aún existen muchos cabreros en nuestro país que no se han decidido a beneficiarse de este sistema de alimentación, más aceptado y generalizado en otras especies de renta.
En las explotaciones ganaderas el médico veterinario evidentemente ocupa un lugar destacado como médico y cirujano pero nuestro objetivo debe ser el conseguir la mayor rentabilidad posible de los recursos disponibles y para ello la sanidad preventiva es primordial: en la explotación de cabras lecheras, sea cual sea el sistema (extensivo en pastoreo, intensivo en estabulación o mixto) el concepto de sanidad animal no puede separarse del de producción animal o zootecnia y para ello la alimentación, la selección, las instalaciones, el manejo y los programas profilácticos han de estar integrados y abordados en un conjunto. Ello es tan importante como el que nuestra labor sea correctamente valorada: por ello también asumimos el papel de educadores pues sin la formación y conocimientos del ganadero nuestra tarea nunca se obtendrán resultados óptimos.
MANEJO ALIMENTARIO.
La superficie total de la explotación ecológica es de 81 ha repartidas en 65 ha de monte
(Matorral bajo), 7 ha de cultivos sembrados (40% avena, 40% cebada y 20% veza) para el
Pastoreo de los animales en invierno y de los que posteriormente se obtiene heno en el
Mes junio, 7 ha sembradas de guisantes para producción de grano destinado a los cerdos
y 2 ha de olivar. Las cabras sólo tienen acceso a la zona de monte y al pastizal sembrado.
La superficie utilizada por los animales es de 0,55 ha/animal de monte y 0,06 ha/animal
de pasto cultivado.
El manejo alimentario varía a lo largo del año dependiendo de la disponibilidad de pastos
y el estado fisiológico de los animales. Normalmente las cabras en producción salen a
pastorear después del ordeño, junto a las cabras secas y a la recría. El ordeño se realiza
a primera hora de la mañana y vuelven a la cabreriza a la mañana siguiente para ser de
nuevo ordeñadas. Diariamente, las cabras, en primer lugar se dirigen a la zona de pasto
cultivado en aquellos meses en los que se les permite pastar en ellos (febrero-abril) y por
la tarde van al monte, el cual tiene un estrato arbustivo bastante denso. Durante el verano
las cabras aprovechan el rastrojo. Cuando el pasto cultivado no está disponible, pastorean
durante todo el día en el monte.. Los machos no salen a pastorear excepto en las épocas
de cubriciones, que salen junto a las cabras, el resto del tiempo permanecen encerrados
en un cercado donde se alimentan de pasto cultivado y natural, este último fundamentalmente arbustivo. La época más crítica en cuanto a falta de alimentos en el
campo es el final del verano y el comienzo del otoño.
Como complemento al pastoreo, los animales reciben una suplementación en pesebre,
diferente según el tipo de animal y el estado fisiológico en el que se encuentren. Las
cabras reproductoras, en ordeño o secas, reciben la misma cantidad y tipo de alimento
concentrado (que consiste en una mezcla equilibrada de granos ecológicos), el cual no
supera ningún mes los 0,6 kg por cabra y día, con un mínimo de 0,3 kg por cabra y día
durante la primavera. En los meses de septiembre a noviembre además del concentrado
se aporta a las cabras heno de veza, avena y cebada ad libitum, estimándose la cantidad
ingerida en 1 kg por cabra y día. Los machos y la recría sólo reciben suplementación en
los meses de octubre y noviembre. El gasto medio anual en alimentos comprados,
fundamentalmente concentrados, es de 50 € cabra, inferior a la media de la zona que es
de 59 € (Mena et al. 2008), a pesar de que el concentrado ecológico es 1,3 veces superior
al convencional, según datos de las explotaciones analizadas.
En la Figura 3 puede observarse la evolución a lo largo del año de las necesidades
energéticas del rebaño por cabra presente y mes (para ello se suman todas las
necesidades mensuales del conjunto del rebaño y se dividen por el número de cabras
presentes durante este mes) y de la energía procedente del alimento aportado en
pesebre, también por cabra presente y mes. La diferencia entre los dos valores de
energía representa el aporte energético del pastoreo. Se observa que, en general, la
oferta de alimento del pasto se adapta a las necesidades de los animales. Esta oferta es
bastante elevada y regular a lo largo del año, excepto en los meses de septiembre a
noviembre, en el que las cabras permanecen más tiempo encerradas, recibiendo una
cantidad importante de alimentos en el pesebre. Esto, además de minimizar el uso de
alimentos procedentes del exterior, supone una aportación medioambiental importante, ya
que contribuye a mantener el monte en un buen estado, siempre claro, que se respete la
capacidad sustentadora del mismo.
Desde un punto de vista de la producción ecológica, la principal dificultad de la
explotación estudiada es la de conseguir en el mercado concentrados ecológicos
equilibrados, con regularidad y que tengan un precio adecuado. Estos concentrados son
difíciles de cultivar y sobre todo costosos de recolectar en la Sierra de Cádiz debido a la
orografía y a las características de los suelos. Esto es un problema generalizable a las
explotaciones caprinas de sierra, y un impedimento importante para su conversión a
ecológico.
La superficie total de la explotación convencional es de 90 hectáreas repartidas en 80
hectáreas de monte (matorral bajo) y 10 hectáreas de pasto herbáceo natural. La
superficie utilizada por los animales es de 0,29 ha/animal de monte y 0,04 ha/animal de
pasto herbáceo natural.
El manejo alimentario de los animales es diferente según la época del año. Cuando las
cabras están recién paridas o bien se están ordeñando dos veces al día, permanecen en
un cercado próximo a las instalaciones de ordeño. Cuando las cabras pasan a ser
ordeñadas sólo una vez al día, junto a las cabras secas y a las de recría, salen a pastar
después del ordeño, que se realiza a primera hora de la mañana, y vuelven solas a la
mañana siguiente para ser de nuevo ordeñadas. En primer lugar se dirigen a la zona de
pasto herbáceo natural y por la tarde van al monte. Los machos no salen a pastorear
excepto en las épocas de cubriciones, el resto del tiempo permanecen encerrados
en un cercado donde crece pasto herbáceo y arbustivo. Las épocas más críticas en cuanto a
falta de alimentos en el campo son los meses de diciembre y enero y los meses de junio a
septiembre.
Los animales reciben una suplementación en pesebre, diferente según el tipo de animal y
época del año. A las cabras reproductoras en ordeño se les aporta concentrado durante
todo el año en el ordeño, recibiendo una media diaria de 1 kg, aunque existen variaciones
estacionales (de 0,9 a 1,6 kg). Las cabras secas y los machos sólo reciben concentrado
en los meses de junio, julio y agosto, mientras que a las cabras de recría no se les
suplementa en ninguna época del año. El gasto medio anual en alimentos comprados, en
este caso todos concentrados, es 90 € cabra, cifra superior a la media de la zona que es
de 59 € (Mena et al. 2008).
En la Figura 4 puede observarse, al igual que en el caso de la explotación ecológica, la
evolución a lo largo del año de las necesidades energéticas del rebaño por cabra presente
y mes y el aporte de energía procedente del alimento aportado en pesebre, también por
cabra presente y mes. La diferencia entre los dos valores de energía representa el aporte
energético del pastoreo. Al contrario de lo que cabría esperar, la primavera, que es la
época de más abundancia de pastos, es la época en la que menos energía reciben los
animales procedente del pasto. Esto se debe a que durante los primeros meses de
lactación, tanto cuando las cabras están amantando a los cabritos como cuando
posteriormente se están ordeñando dos veces al día, el ganadero solo permite que éstas
salgan a pastar durante algunas horas al día (el tiempo comprendido entre los dos
ordeños en el segundo caso) por la zona más cercana a las instalaciones, lo que explica
los elevados aportes de alimentos en pesebre que el ganadero realiza durante el invierno
y la primavera. A diferencia de la explotación ecológica, el criterio seguido para diseñar la
suplementación, ha sido la búsqueda de la máxima productividad y no el tratar de adaptar
los momentos de máximas necesidades del rebaño a las épocas con mayor oferta de
pastos. La consecuencia de ello es una mayor dependencia de los alimentos
concentrados, que si los tuviera que pagar al precio actual del concentrado ecológico, le
supondrían un gasto de 117 €/cabra y año. Además, durante una parte importante del
año, más de la mitad de las necesidades energéticas del rebaño se cubren con alimentos
comprados fuera de la explotación, lo cual es un serio inconveniente para la posible
conversión de la explotación en ecológica.
conversión de la explotación en ecológica.
3.1 REQUERIMIENTOS ALIMENTARIOS EN LA CABRA
Requerimientos nutricionales de las cabras
En la nutrición de los caprinos, es necesario tener en cuenta los requerimientos de la especie en cada una de las etapas: crecimiento, lactancia o preñez.
COMPONENTE | CANTIDAD NECESARIA |
Materia seca | Aproximadamente 2,5% a 5% del peso vivo promedio de los animales, dependiendo de la edad y producción. |
a. Energía * Mantenimiento * Desarrollo * Producción de leche | 750g por cada 100kg de peso vivo300g por cada 100kg de peso vivo300g por cada litro de leche producido |
b. Proteína * Mantenimiento * Desarrollo * Producción de leche | 60g a 80g de proteína cruda por cada 100kg de peso20g por cada 100g de aumento de peso70g de proteína cruda por cada litro producido. |
Minerales | Por cada kg de materia seca:Calcio: 4.7gFósforo: 3.8gMagnesio: 0.8gSodio: 1.0gYodo: 0.1gHierro: 50.0mgManganeso: 40.0mgCinc: 40.0mgCobre: 0.1mg |
A pesar de sus similitudes con las ovejas y el ganado vacuno, las cabras difieren de manera significativa en hábitos de pastoreo, selección de alimento, requerimientos de agua, actividad física, composición de la leche, composición de la canal, desórdenes metabólicos y parásitos. Por lo tanto, sus requerimientos nutricionales son también diferentes.
Existen más de 450 millones de cabras en el mundo: 1/3 de ellas se encuentra en África.
-Contribuyen con 1.4 y 1.5% de las producciones mundiales de carne y leche respectivamente.
-Proporcionan 1/3 del total de carne producida en la India y 7-16% del total de carne producida en Turquía, Marruecos, Indonesia, Nigeria y Chipre.
-El sudeste de Asia, África y el Cercano Oriente tienen las producciones de leche de cabra más elevadas.
-Producen 16 mil ton de mohair y cashmere y 33 millones de pieles anualmente.
La mayor parte de los rebaños caprinos productores de carne, y de los de mohair, se encuentran bajo condiciones extensivas en agostadero, mientras que las cabras lecheras se encuentran en condiciones de estabulación. Por lo tanto, las prácticas de manejo y alimentación difieren de acuerdo con el producto a obtener:
-Las cabras productoras de leche generalmente no reciben complementación.
-Las cabras lecheras requieren de dietas bien balanceadas, altas en proteína y energía.